La Ley 4/2019, de Sostenibilidad Energética, incluye entre sus objetivos la promoción e implantación de las energías renovables, con el fin de reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Destaca el papel ejemplarizante que se otorga a las administraciones públicas. Cada administración pública vasca deberá lograr para el año 2030 que, en el conjunto de sus edificios, disponga de instalaciones de aprovechamiento de energías renovables suficientes para abastecer el 32% del consumo de la citada administración.
Por las características climáticas del País Vasco la energía renovable propia con mayor potencial es, sin duda, la biomasa forestal.
Además, la Ley impone que el consumo de hidrocarburos líquidos en el sector industrial debe ser objeto de una reducción paulatina hasta el 2030, con la finalidad de que se pueda proceder a su completa sustitución por fuentes energéticas menos contaminantes. La biomasa forestal es la mejor opción en instalaciones que no tienen acceso a la red de gas natural.